Altas capacidades, superdotación, sobredotación, talento múltiple, talento simple… Son muchos los términos con los que ahora se diferencian los distintos tipos de inteligencias a las que antiguamente llamábamos simplemente “superdotadas”.
Independientemente de la nomenclatura, lo cierto es que las “mentes privilegiadas” han sido un poderoso recurso literario, como podemos comprobar en las novelas que se recogen a continuación: